La cancelación financiera como medio de recuperación de nuestros derechos territoriales

La cancelación financiera como medio de recuperación de nuestros derechos territoriales

El pasado 7 de diciembre de 2023 se llevó a cabo el Foro Cancelación Financiera sobre Proyectos Extractivos de Fósiles y Redd+, organizado por la Mesa Permanente de Concertación. En este se habló de las diversas estrategias para contener los apoyos económicos que los bancos dan a las empresas que extraen los combustibles fósiles de nuestros territorios, y también de la creación de la Coalición de los Pueblos por la Justicia Climática y la Regulación Financiera. Compartimos aquí los objetivos de la Coalición y algunas de las intervenciones de los ponentes del Foro.

Por Redacción MPC /Oliver de Marcelus / María Elena Foronda

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Cuando tratamos de definir los actores que alteran nuestros ecosistemas, podemos identificar fácilmente las empresas que se establecen con sus plantas y estructuras inmensas en nuestros territorios. Pensamos en las calderas, en las torres, en cables eléctricos y chimeneas gigantescas expulsando residuos gaseosos. Pensamos, por supuesto, en las consecuencias, la alteración del equilibrio, la pérdida del agua, la muerte de nuestros animales, y el hambre, la sed y la migración de nuestras propias familias.

Hay, en todo caso, un actor en el que pensamos muy poco: se trata de las entidades que financian a las grandes empresas extractivistas. Son estas las que se han mantenido en la sombra, evadiendo la gran responsabilidad que han tenido en el cambio climático y en las alteraciones de nuestros territorios. En general, las fuerzas democráticas suelen detenerse allí donde se topan con la incidencia y el movimiento de la banca, permitiéndole tomar decisiones sin regulación alguna. Esta y sus representantes (sus mandaderos), de paso, se escudan en tecnicismos complicados y supuestamente complejos cuando, en realidad, los mecanismos esenciales por los cuales operan son realmente sencillos. 

Frente a la identificación de los bancos como agentes responsables de la situación ecológica mundial, se ha creado la Coalición de los Pueblos por la Justicia Climática y la Regulación Financiera. Esta busca reforzar la solidaridad internacional para con las comunidades afectadas por los proyectos extractivistas, poniendo el énfasis en la regulación financiera de estos mismos proyectos: básicamente, lo que se quiere es bloquear la financiación del extractivismo de combustibles fósiles, el cual sigue alterando y consumiendo la salud de nuestra vida. 

La Coalición fue fundada por delegados de un grupo amplio de movimientos sociales y ecologistas de 30 países, que se dieron cita en junio de 2023, en Basilea, con ocasión de la reunión anual del Banco de Pagos Internacionales (BPI). Entre sus propósitos se plantea crear una convergencia estratégica entre las resistencias del Sur Global, los movimientos climáticos de base del Norte y las ONG especializadas en las finanzas de los combustibles fósiles, y ello con el fin de plantear diversas tácticas -grupos de presión, manifestaciones y desobediencia civil-, que vayan minando los eslabones de la infausta cadena del sistema financiero que permite la explotación indiscriminada de los recursos del subsuelo. Las acciones se han de proyectar frente a los bancos centrales, a los privados, a las aseguradoras y las agencias de calificación de riesgos, para ir escalando hacia instituciones de mayor envergadura como el BPI, el G20, el FMI, el Banco Mundial y los llamados “bancos de desarrollo”. 

Entendiendo la importancia de esta iniciativa, La Mesa Permanente de Concertación ha incluido en su agenda la socialización y el debate en torno a la cancelación financiera, convocando a los liderazgos indígenas para fortalecer la Coalición, en el entendido de que la identificación y la regulación de los bancos que financian las corporaciones extractivistas son acciones fundamentales para detener la explotación de nuestros territorios y, por ende, la destrucción de la naturaleza. 

Fue así como el pasado mes de diciembre se llevó a cabo el Foro Cancelación Financiera sobre Proyectos Extractivos de Fósiles y Redd+, en el auditorio Kimy Pernía de la Organización Nacional Indígena de Colombia. Este contó con la participación de importantes activistas, que han venido luchando por la modificación de las relaciones con nuestro mundo. A continuación, presentamos algunas de las intervenciones que se dieron en la jornada y que versaron sobre la posibilidad de empezar a identificar los eslabones neurálgicos de la cadena de extracción de combustibles fósiles, y, seguidamente, de contener sus acciones irresponsables y egoístas. 


El crédito: nuestro bien común fundamental
Por Oliver de Marcelus*

Un compañero economista nos dice frecuentemente que los principios fundamentales de la finanza son sencillos. Si sigue siendo un dominio misterioso, fuera del alcance de los movimientos populares, se debe a la jerga de iniciados y a los dudosos ardides que utilizan los financieros para mantener en secreto esta esfera decisiva de la actividad social y económica.

¿Qué es el crédito, con el que los banqueros financian sus actividades? Es importante entender que el crédito no es dinero, ni tampoco riqueza existente. Es simplemente una autorización para acceder a bienes o servicios, que se concede porque el banco otorga “crédito” al proyecto propuesto (en el sentido también moral de creer en él). Este crédito se concede sobre la base de una promesa de riqueza futura, a crear.

¿Qué es el crédito? Un ejemplo sencillo es el crédito en su forma original y más básica, que en español se llama generalmente “la minga”. La minga tiene lugar porque una autoridad decide que tal o cual proyecto es necesario para el bien de la comunidad, que aumentará su riqueza colectiva real y material: traer agua o construir una carretera, por ejemplo. Al acordar este proyecto, la minga implica a veces muy poco dinero. Se trata sobre todo de movilizar las fuerzas humanas de la comunidad, que es la única fuente de valor y riqueza reales. La minga da “crédito” a un proyecto como fuente de bienestar o de futura riqueza común. Por eso podemos decir que el crédito (que pone en marcha el trabajo de la sociedad) es el bien común fundamental.

Quien controla el crédito decide del futuro, de la dirección que tomará la sociedad. El escándalo actual es que este control ha sido monopolizado por una minoría, que sólo lo utiliza para obtener beneficios privados, ignorando -y a menudo incluso destruyendo- nuestros bienes comunes.

Por eso creemos que es necesario que los movimientos populares comprendan el crédito y las finanzas, para que puedan reconquistar poco a poco su control popular y democrático. ¡Hay que Reclamar el crédito! Cada vez que nos movilizamos localmente o al nivel internacional para impedir que un banco financie un proyecto destructivo, ya estamos dando un paso hacia la recuperación de un poco de control sobre el sistema financiero.
A otro nivel, proponemos ahora organizarnos internacionalmente para exigir a los bancos centrales (nacionales), a los Estados y a los organismos internacionales -los G20, el FMI, etc.- una regulación por parte de los bancos centrales o nacionales que limite o impida los préstamos para proyectos de combustibles fósiles.

Hay muchas vías para oponerse a la máquina capitalista de destrucción y de avanzar hacia un futuro diferente. Creemos que hay que seguir en este camino.

*Oliver de Marcelus es ecologista. Norteamericano radicado en Suiza. Ha centrado sus actividades en el desafío climático y hace parte del Collective BreackFree Suiza. Su objetivo es oponerse a la financiación de proyectos de combustibles fósiles que amenazan al planeta.



Nuestras batallas frente al capital financiero
Por María Elena Foronda*

En junio de este año [2023], en Basilea, se hizo esta alianza [Coalición de los Pueblos por la Justicia Climática y la Regulación Financiera] por iniciativa de 33 organizaciones para poner un freno al extractivismo, especialmente asociado a la banca, que hace posible que este modelo extractivista se imponga sobre nuestros países y territorios, sobre nuestros derechos y nuestras vidas.

La resistencia y la organización, que en estos días hemos tenido el privilegio de ver, como en este espacio de concertación [MPC], nos dan la esperanza de que los conocimientos y los saberes ancestrales van a ganar la batalla, ¡vamos a ganar la batalla! Pero necesitamos tener aliados estratégicos en otras esferas del mundo, como nuestros hermanos de Europa, que también vienen investigando y trabajando por hacer este monitoreo y vigilancia del capital financiero.

Esto es algo que para nosotros resulta a veces muy extraño, porque normalmente hacemos la confrontación en nuestros espacios, contra las empresas transnacionales extractivistas, pero no vamos al corazón del capitalismo, que es el que hace posible que esto suceda, y la banca, las aseguradoras, pasan piola -como decimos coloquialmente en el Perú-, y finalmente no asumen una corresponsabilidad frente a estos riesgos que no son solo financieros, que son también riesgos climáticos para todo el planeta, y para la humanidad. 

Basta ver lo que está pasando ahora en esto que es para mí un fraude, la COP28, que se lleva a cabo justamente en el cuarto país más poderoso del mundo [Emiratos Árabes Unidos], que tiene la mayor concentración de reservas y negocios vinculados a la extracción de petróleo. Y el debate está: no lleguemos a los 1.5 grados centígrados de calentamiento global, porque, si no, el planeta no es viable, y tenemos que eliminar gas, petróleo y carbón…

Pero justamente se dan allí los arreglos, y yo veo con mucha tristeza que, pese a todos los esfuerzos de los científicos y las evidencias de destrucción masiva que puede haber para nuestra civilización, no se están haciendo acuerdos, salvo algunas excepciones, como las de este país. Tienen ustedes un liderazgo propio con el presidente Petro, que se alza como muchos otros, seguramente, a decir “¡basta!”, y se anima a ir hacia la reducción de la extracción de combustibles fósiles. 

Cómo lo hacemos nosotros. Tuvimos la suerte de estar conversando con cerca de 30 parlamentarios de la Unión Europea, que estaban promoviendo una iniciativa que se llama uno a uno. Qué significa, que por cada euro que la banca prestaba a las empresas, a las corporaciones, se le asignaba un euro adicional por los riesgos climáticos y ambientales que esto significaba. El propósito: desincentivar el financiamiento hacia proyectos de combustibles fósiles. Atrevido, pero ahorita todavía está esto en debate. 

Ojalá se logre aprobar, pero, así como esto, hay un conjunto de regulaciones financieras que se pueden hacer. Debemos perder el miedo y desarrollar capacidades frente a este monstruo que está detrás de las decisiones políticas en nuestros países. Son ellos los que imponen a veces estilos y modos de vida que no son los nuestros, y tenemos gobernantes corruptos…

En este momento estoy con el corazón partido, porque estoy acá para apoyar esta coalición, pero por otro lado hay una situación muy grave en mi país, en la institucionalidad política, y será otro momento, compañeros, en el cual yo les pida a ustedes pronunciamiento y solidaridad, porque genocidas como el que hemos tenido no pueden regresar. 

Pero esto es solamente una muestra de cómo en nuestros países se adquieren distintas formas de violencia institucionalizada, y la banca no está exenta de eso, y lo que nos anima es ver ejemplos, como el de México, donde ya se está hablando del riesgo climático y el riesgo financiero de estas investigaciones. 

Lo que queremos, compañeros y compañeras, es apelar a la solidaridad, a la articulación, a las alianzas, atrevernos a dar este paso, a estudiar mucho más cómo funcionan las redes de financiamiento en nuestros territorios, a desarrollar políticas de Estado, políticas públicas que frenen estas iniciativas, a no tenerle miedo a esta batalla que tenemos que llevar frente al capital financiero, frente a la destrucción inminente de nuestro planeta y frente a los delitos que se vienen cometiendo en el territorio. 

Finalmente, quiero decirles que proponemos un camino frente a una transición ecológica justa, que pensamos más en la promoción de pequeñas iniciativas que puedan llevarnos al uso de energías alternativas; esto es posible. Alguien decía, de una manera que a mí me ha dado gran ejemplo: pero si antes no usábamos petróleo y vivíamos bien, y vivíamos en armonía con la naturaleza; este, que es la sangre para algunos pueblos originarios, debería permanecer en la tierra, para que no nos sigan haciendo daño, ni a nosotros ni a las futuras generaciones

Entonces, esperamos hacer alianzas con ustedes, para hacer posible el próximo año [2024] un evento en donde lleguemos a fortalecer mucho más la Coalición Global, aquí en Colombia, con otros movimientos y otras organizaciones.

*María Elena Foronda es socióloga y política peruana, con estudios en Gestión Ambiental. Excongresista de la República y directora del Instituto Natura. Ganadora del Premio Medioambiental Goldman en el año 2003.

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